Convertir materia prima en productos finales
Las diferentes industrias están cada vez más concienciadas con la problemática ambiental. Ya es de conocimiento colectivo cómo el reciclaje y la reutilización de materiales ayuda a preservar nuestro ecosistema.
Mucho se conoce de métodos de implementación de reciclaje en botellas, bolsas, suelas de calzados etc.. pero debemos soñar en grande y ejecutar en concreto.
Es por todo esto que en Textil In implementamos esta filosofía hace muchísimos años, apoyando siempre al medio ambiente e investigando nuevas formas de realizar tejidos de manera sostenible. Como nuestro lema convertido en mantra “El tejido más sostenible es el que ya existe”
Hoy, con mucho orgullo, queremos mostraros este artículo que llamamos TIROL. Tras muchos años de investigación y esperas hemos logrado aplicar este tipo de material a la marroquinería.
Ahora sí, queremos ahondar un poco más y explicaros de dónde viene todo esto.
Primero, entendamos qué es una materia prima. El término “materia prima” se utiliza para indicar que el material está en un estado no procesado o procesado mínimamente, un producto primario, es un material básico que se utiliza para producir bienes, productos acabados, energía o materiales intermedios que son materia prima para futuros productos acabados.
El ciclo de los procesos de fabricación que convierten los materiales en piezas y productos comienza inmediatamente después de que las materias primas se extraen o se producen a partir de productos químicos básicos o sustancias naturales.
Los procesos utilizados para convertir las materias primas en productos acabados cumplen una o ambas funciones principales: en primer lugar, dan al material la forma deseada; en segundo lugar, alteran o mejoran las propiedades del material.
El TIROL es una hierba alpina justamente de Tirol, tiene un aroma natural y están cortadas a mano y procesadas con mucho amor y dedicación. Tienen un leve laminado (HPL) al que luego hemos añadido una base para darle más flexibilidad y poder adaptarlo a la marroquinería.
El proceso de investigación nunca se termina, es un estado cíclico donde debemos sumergirnos y buscar siempre alternativas, no solo para volverse más sostenible, sino más creativo, artístico y ofrecer diferencias dentro de un mundo donde la originalidad cotiza en bolsa.