Los brogues, ya disponibles, se vieron por primera vez sobre la pasarela de la colección de otoño 2023 de Miu Miu
POR LIAM HESS
Hierve la tarde de verano en Connecticut cuando Chloë Sevigny se dispone a estrenar zapatos. Está pasando allí la semana con su madre y su hijo de tres años mientras su marido, el galerista Siniša Mačković, se encuentra de viaje en una feria de arte. “Pensé que lo pasaría aquí mejor que de madre soltera en la gran ciudad”, aclara Sevigny guiñando el ojo, conectada por FaceTime desde el dormitorio de su hermano, apenas iluminada por el resplandor de su iPhone.
De una caja rosa empolvada, con toda la ceremonia de guante blanco de quien tasa una obra maestra, Sevigny extrae un par de zapatos estilo brogue en piel lacada color tabaco. La pieza es fruto de la nueva colaboración entre Miu Miu y el fabricante de calzado británico Church’s: disponible con cordones o doble hebilla, bien en piel bruñida negra o este tono marrón, el diseño hizo su debut en la pasarela de la colección de otoño/invierno 2023-24 de Miu Miu (los observadores más avispados quizá los detectaran también en los pies de la propia Miuccia Prada cuando salió a saludar tras el desfile de moda masculina de Prada en el pasado mes de junio). Otoño 2023


“Son ligeros como el aire”, dice, deslizando el pie en la nueva adquisición con la ayuda de un calzador. “Siempre que coincido con otros amantes de los brogues, hablamos de Church’s, así que hoy es un día muy emocionante”. La artesanía británica que tanto aprecian Sevigny y demás entusiastas de la firma se nota naturalmente al primer vistazo, pero son los detalles más extravagantes –sus suelas de goma moldeada o el logotipo grabado– los que delatan la implicación de Miu Miu y los vuelven, por decirlo así, definitivamente Sevigny. “Clásicos pero diferentes”, dice mientras gira los tobillos de un lado a otro para ver cómo le sientan. “¡Te dan ganas de salir a correr por la calle y ponerte a saltar!”.
Para Sevigny, los encantos otoñales de la propuesta de Miu Miu van bastante más allá. En la última entrega del renovado empuje que vive la marca desde hace unas temporadas, la fantasiosa visión de Miuccia Prada de una “inglesa derrengada” –desde flequillos encrespados y faldas transparentes de lunares hasta tweeds y pana, pasando por (sorprendentes) sudaderas y leggings color piedra que rayaban el athleisure– se ha convertido en una sensación viral. “Para mí, era el Miu Miu de toda la vida”, dice Sevigny. “Siempre ha hecho lo de la ropa interior a la vista, desde cuando yo desfilaba para la marca; en realidad es muy atemporal”.
Palabra de Sevigny: su primer desfile con Miu Miu fue en Nueva York en 1995, solo dos años después del lanzamiento de la firma y poco después del estreno de Kids, de Harmony Korine, la película que catapultó a la intérprete, por así decirlo, a la fama underground. “Miuccia siempre ha acogido y defendido a las actrices jóvenes, especialmente a las que tomamos decisiones más controvertidas”, afirma. “No quiero decir que eso te legitime, pero da gusto que haya alguien en la moda que no solo te vista, sino que te celebre”. El sentimiento es claramente mutuo. Además de protagonizar desde entonces muchas campañas, Sevigny volvió a desfilar para Miu Miu en 2018 y, el año anterior, dirigió un cortometraje que estrenó dentro del programa Women’s Tales impulsado por la firma.
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Zapatos Oxford de cuero cepillado
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Zapatos Oxford de cuero cepillado en negro
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Zapatos estilo ‘monje’ con hebillas y en piel cepillada
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Zapatos estilo ‘monje’ con hebillas y en piel cepillada
Esta nueva aventura con Miu Miu llega en un momento de furor colectivo en torno a su estilo. Un rápido barrido por su hashtag en TikTok basta para revelar un infinito chorreo de looks vintage de Sevigny, aunque cabría argumentar que, en realidad, ese interés jamás se fue. En los últimos tiempos, ha sido figura estelar en las pasarelas de Simone Rocha y Proenza Schouler, así como en el cuento de hadas en formato libro que publicó la marca londinense de culto Chopova Lowena. Arrasó con la subversiva estética nupcial con que se casó en 2022, a base de osadas creaciones de Glenn Martens para Jean Paul Gaultier Couture, de Loewe y de Mugler, esta última compuesta de un ceñidísimo bustier e impactantes paneles de encaje transparente. Y, por supuesto, no olvidemos su gran venta de ropa. Otoño 2023
«Fue todo muy loco”, recuerda riendo el espectáculo que se formó en Manhattan esta primavera, comidilla mundial de aquel día en Instagram y nacido, sencillamente, de la necesidad de hacer limpieza de armario. Titulada “La venta del siglo” y organizada por la redactora de Vogue Liana Satenstein, los compradores esperaron hasta cuatro horas en colas interminables que daban la vuelta a la manzana para hacerse con las prendas de Sevigny, muchas de ellas de los 90, cuando por primera vez la pluma de Jay McInerney la encumbró como “la chica más cool del mundo”. Lo más curioso fue comprobar el hechizo intergeneracional del que goza y que sus fans de la generación Z sobrepasaban en número por mucho a quienes vivieron en directo aquella primera etapa profesional (Olivia Rodrigo se quedó con un vestido de cuadros de Versace que enseñó orgullosa en un vídeo para esta casa: “¡Una amiga me lo regaló cuando cumplí los 40!”, revela exultante su antigua dueña).
En cuanto al porqué de esta fiebre juvenil por sus estilismos de décadas pasadas, Sevigny esgrime unas cuantas teorías: “Me gusta pensar que las decisiones que tomé como actriz cuando era más joven han contribuido a suscitar ese otro interés”, dice. “El hecho de hacer películas más arriesgadas y sugerentes, como Gummo, Party Monster y Boys Don’t Cry, auténticos hitos de la cultura juvenil actual, ayudó posiblemente a que la gente se fijara en mi estilo”. ¿Le dio pena deshacerse de toda esa ropa, dado el intenso apego que suele unirle a ella? “Raro… pero no”, dice, tras una pausa. “Cuando estás lista para dejarlo ir, lo estás”.

En los últimos años, da la sensación de que Sevigny se ha serenado un poco. Quizás influya el matrimonio o la maternidad, pero también ha de deberse en parte a la nueva fase que atraviesa su carrera actoral y su creciente interés por la dirección: con cuatro cortometrajes en su haber, actualmente anda a la búsqueda de algo que huela a largometraje. Lo próximo, de momento, es la nueva temporada de Feud, de Ryan Murphy, dirigida por Gus Van Sant y centrada en las desavenencias entre Truman Capote y sus ‘cisnes’ de la alta sociedad. Sevigny interpretará a la socialite e icono de estilo C. Z. Guest, papel que promete un buen arsenal de trajes fabulosos. “La ropa es genial, pero los zapatos son terribles”, dice burlándose de los tacones “horteras” de los años 70 (por suerte, consiguió colar un par de salones de Chanel). Otoño 2023
Pese a llevar meses de rodaje disfrazándose de princesa del glamour, Sevigny insiste en que el rollo Upper East Side no se le ha pegado nada, si bien matiza que es “algo a lo que aspirar con los años: más elegancia”. Ella cultiva, sin embargo, su propio tipo de elegancia aspiracional, la que te hace convertir un humilde zapato Oxford en un objeto de deseo atrevido, inesperado y rompedor. Por algo será que Miu Miu, una firma en principio dirigida a la juventud, vuelve a confiar en ella una y otra vez, década tras década.
“¿Que si me he hecho mayor para Miu Miu?”, reflexiona con una carcajada. “Espero que nunca. Prada es más sofisticada y no sé si he llegado a ese punto. Todavía me gusta la diversión que hay en Miu Miu. Me resulta un poco menos… no sé, tú eres el escritor, ¡podrías ayudarme un poco! Un pelín más lúdica. ¿Lo he dicho bien?”. Yo no podría haberlo expresado mejor.
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